Sábado, 08 de agosto de 2009
Partimos el día anterior (viernes) rumbo a Apurímac a las 7 pm. La movilidad tenía como primera parada Ayacucho para luego llegar a Apurímac. Si hubiese sabido lo peligroso que es recorrer Ayacucho (me refiero por sus quebradas y abismos) hubiese comprado pasajes que iban por Pampachiri.
El frío era de sentirse en madrugada, pero lo encantador era el hermoso paisaje que a cada paso contemplábamos: los cerros, los ríos, animales cerca a la carretera, la gente, el amanecer serrano tan magestuoso. Todo el recorrido me la pasé contemplando el paisaje, no dormí sino hasta llegar a Talavera de la Reyna. Bueno, aparte que no podía dormir porque todo el recorrido temí que nos cayésemos a algún abismo. La carretera era abrupta y en forma de serpiente, con eso les digo todo.
En video: trayecto al llegar a Ayacucho.
En foto: una de las casas en Ayacucho.
En foto: aquí junto a mi madre, a unos cuantos minutos de llegar a Apurímac.
En foto: El último tramo antes de llegar a Apurímac.
Domingo, 09 de agosto de 2009
Teniamos una semana exacta para disfrutar del lugar. Mi madre encontrándose con sus familiares que no veia de hace tiempo (15 años aproximadamente), yo igual pero también con intenciones de conocer toda la cultura y los atractivos turísticos del lugar.El frío era intenso de madrugada hasta eso de las 9 am, luego aparecía un solo cálido. Nos levantamos temprano. Mi madre y yo nos alistábamos para irnos a la feria dominical en Andahuaylas. Teniamos que ir temprano pues la gente que asiste a la feria va en abundancia, es una especie de La Parada que hay acá en Lima. Era evidente que en aquella feria nos encontrariamos a varios de nuestros familiares. Tomamos una movilidad y llegamos a Andahuaylas; era temprano pero la gente empezaba a llegar en abundancia. Fue entonces que decidimos comprar algunas cosas para llevarnos de recuerdo.
En foto: feria dominical, en Andahuaylas.
Lo interesante y, sobre todo, lo que me llamó mucho la atención y, dicho sea de paso, gran admiración fue la hospitalidad de la gente. La gente en provincia lo recibe a uno con una enorme hospitalidad. Palabras como Wawqi, papito o mamita lo hacen sentir a uno bien recibido. Y me di cuenta que no sólo era por la compra que realizábamos sino es su estilo de vida, un saludo amistoso es importante para ellos. Me he sorprendido de muchas cosas al llegar a esta tierra hermosa que las iré detallando a medida que vaya narrando esta fantástica experiencia. Una de ellas son las construciones que hay en el lugar. Las casas de adobe quedan en pequeñas cantidades, la mayoría de casas son de material noble, incluso me pude percatar de casas que tienen enchapado de marmol, casas con cable, con calefacción, carros propios, motos para recorrer los caminos abruptos de las lejanías. Mi madre se sorprendió también. -Antes no era como ahora- me dijo. La gente ahora no se viste con ropa ligera, usan buena ropa, hasta carro tienen... Era de sorprenderse uno al ver aquel cambio. Esta provincia y demás han cambiado, incluso los cerros alejados como Illahuasi, lugar del cual mencionará más adelante, poseen electricidad, estación radial, plazas, Iglesias, colegios. Fue especial haber presenciado aquello.
Lunes, 10 de agosto de 2009
Mi abuela Felícita falleció unos meses atrás en esta ciudad. La enterraron en el cementerio general de Talavera. Fue entonces que decidimos dejarle algunas flores pero antes decidimos visitar a nuestros familiares. Habiamos traido algunos presentes para ellos desde Lima y fuimos a entregárselos. Primero visitamos la casa de mi tío Graciano, luego de mi tía Isabel, ambos hermanos de mi madre. Después, fuimos a la casa de mi tía Isidora, hermana de mi padre. Para ello tuvimos que subir a Pumacuri, una zona alta. Fue agotador la subida pero reconfortante al presenciar el paisaje desde las alturas. Contemplábamos la plaza de armas de Talavera, la Iglesia, la gente...
Por la tarde decidimos descender al distrito con rumbo a la casa de mi tío Darío. No lo pudimos ubicar, fue entonces que mi primo nos acompañó al cementerio general de Talavera. Nuestros familiares nos indicaron el nicho de mi abuela pero precisamente, no. Entonces partimos junto a mi primo. Llegamos, le colocamos flores a su nicho y prendimos velas. Mi mamá aprovechó la ocasión para visitar el nicho de mi abuelo José Serna. Procedimos a realizar las mismas acciones antes mencionadas. Yo no conocí nunca a mi abuelo José, mi madre me comentaba algo sobre él, debió ser una gran persona. Su oficio era increible, iba desde Apurímac hasta Ica a traer vino, ese era su trabajo. Me contaba muchas aventuras de él, sobre visiones en el camino de almas que penan, del recorrido tan largo que hacía, etc. Sentí una sensación distinta al sentirme cerca de su nicho. Era importante para mi conocer mis raíces y estaba, aunque fallecido, frente a mi abuelo José.
La gente en provincia le rinde culto a sus difuntos, le realizan misas especiales con un fin de fiesta en la cual toman, bailan y cantan en honor al difunto. Es una bonita experiencia en los cementerios. También se celebra luego de haber realizado la limpieza de sequia de alguna zona. Contratan bandas y celebran. Para aquella actividad todos los pobladores se unen, no hay disputas para aquella actividad. Pude presenciar la faena y la celebración en sí. Son de tomar caña pura y bailar.
Por fin estaba conociendo mis raíces. Antes de llegar a Talavera de la Reyna tuve el temor de que la altura me choque pero gracias a Dios no fue así. Mi padre incluso se preocupó y a medio viaje me llamó, le dijo a mi mamá que no viese por la ventana del bus. Pero las ganas de presenciar el paisaje del camino pudo más. No podía perderme tal visión de los lugares.
Volviendo del cementerio pude percatarme de una señora que tejía una especie de manta, mi madre me dijo que es el conocido "camaponcho" una especie de frazada especial para abrigarse uno bien, pues el frío en la madrugada es tremendo. Pudimos conversar con la señora tejedora y amablemente nos dejó presenciar aquel espectáculo.
En video: tejiendo un camaponcho.
Era de noche y nos encontramos con otros familiares. Todos nos decían: "pero por qué no vas a la casa, como si no tuvieses familia no vas, les podemos dar un espacio para se que de queden". Era tan grato escuchar aquello pero no queriamos incomodar. Aquel día fue de pura visita familiar. Comimos hasta no poder. La gente en pronvincia se alimenta bien y cuando digo que come bien es así. De desayuno nos dieron quaker, pan, mote, queso y un "calentado" (comida del día anterior). Mi tío Anasto me comentó que ellos (en la sierra) desayunan bien para tener una buena faena en el día; el trabajo en el campo es fuerte y necesitan muchas energías. Lo mismo ocurre en el almuerzo y la cena y para qué contarles la comida es excelente, tienen que venir y probarla...
Estábamos paseando por la plaza de armas de Talavera cuando de pronto escuchamos un "tía Martina, vamos a ir a Ranrapata". Ranrapata es el caserío donde antes vivía mi madre, cerca a aquel lugar se encuentra Pischo, tierra de mi padre. Fue motivante escuchar ese vamos a Ranrapata que no lo pensamos dos veces. Digo esto pues llegar a aquellas alturas era de un recorrido más o menos de medio día caminando. Mi tío nos llevaría en su camión. Fue así que luego de almorzar subimos rumbo a Ranrapata.
La vista es impresionante y magestuosa. Me cautivó el lugar. Estuvimos conversando con nuestros familiares por un rato. Atravesamos muchos trayectos del lugar. Luego, llegamos al lugar donde habiamos dejado a la familia de mi tío. Le ayudamos a pañar trigo. Estuvimos hasta casi anochecer, luego regresamos a la misma Talavera de la Reyna, a la casa de mis tíos. Pero antes de ello pude presenciar un atardecer espléndido, un atardecer serrano; me quedé maravillado con aquella vista.
Miércoles, 12 de agosto de 2009
Estuvimos aquella tarde observando el lugar, a la vez que conversábamos con mis familiares. Era ameno escuchar a mi madre narrar varios sucesos acontecidos hace tiempo cuando vivía por Ranrapata. Mi tía también le comentaba sus historias. Yo escuchaba atento la conversación tan amena sobre la infancia de ellas, también sobre los mitos, leyendas, tradiciones y demás cosas relacionadas a Talavera de la Reyna y a Andahuaylas en sí. Los pobladores de la serranía son creyentes de sucesos paranormales. Poseen diversos mitos, cuentos y leyendas relacionados a la fundación de un lugar, a la presencia de almas, de seres extraños y misteriosos, de cerros que comen personas, de ríos que se llevarán sus pueblos, etc. La creencia es muy grande acá.
Luego de almorzar nos dirigimos a Andahuaylas. Visitamos el Estadio Municipal de Andahuaylas, lugar en el cual se realizan grandes eventos de danzas, incluso a nivel internacional. Luego nos dirigimos a San Jerónimo. Visitamos sus alrededores, sobre todo su parque en el cual estaban retratados los famosos chankas de Apurímac. De ahí nos dirigimos al parque Lampa de Oro. De ahí estuvimos en la plaza de armas de Andahuaylas. Nos sentamos a contemplar el lugar y tomarnos algunas fotos. La plaza es especial por las esculturas alrededor de ella. Se pueden ver escenas típicas del lugar.
Al volver a Talavera recibimos una llamada, era Jaime Carhuaz, un amigo de mi madre. Se enteró de nuestra llegada y quiso llevarnos a una zona alta y lejana llamada Illahuasi. Fue entonces que acordamos ir junto a la señora Zenaida. El viaje fue de tres horas. Jaime me dijo que llegariamos exacto para jugar fútbol. Me invitó a participar y acepté gustoso. Fue tanta la emoción que tengo por el fútbol que olvidé la altura en la cual me encontraba; gracias a Dios soporté y no me desmayé. Terminado el partidito con los pobladores del lugar fuimos a la casa del compadre de mi madre. La pasamos bien conversando, disfrutando del lugar.
Viernes, 14 de agosto de 2009
Nos levantamos temprano pues Jaime tenía que llevar a algunos pobladores de Illahuasi a Andahuaylas. Fue entonces que nos despedimos de los compadres de mi madre quienes nos dieron muchos presentes. El viaje fue nuevamente agotador pero el paisaje aminoraba aquello. Fue así que volvimos a Andahuaylas para luego irnos a Talavera rumbo a la casa de la señora Zenaida.
El señor Nicanor nos dijo que ese día se festejaba en el distrito de Pacucha el XVI aniversario sirena de oro, un evento en el cual hay un espectáculo sin igual. Fue entonces que decidimos ir a Pacucha. Tomamos una movilidad y llegamos. Pudimos pasearnos por la laguna de Pacucha, pude presenciar la estatua de la sirena, aquella de la cual se cuenta una historia fantástica al igual de la misma laguna Pacucha. Había mucha gente pues se iba a dar un evento de carrera de autos y motos, además del concurso de la sirena de oro. Fue un bonito espectáculo. Además, estaba la infaltable comida típica en todas sus variedades. Lo malo es que no pudimos ir a Sondor pues la carretera estaba cerrada por la competencia de autos. Pero pasamos una bonita tarde.
Lo triste es que faltaba poco para irnos. Mis clases en la universidad empezaban el lunes y tenía que conseguir los pasajes de vuelta a Lima pero esta vez los compré por vía Pampachiri, además porque me dijeron que por aquella ruta se puede presenciar a muchos auquénidos.
Volviendo me encontré con una tía muy especial, mi tía Maxi. Ya tengo cuarto asegurado cuando vuelva a Talavera de la Reyna. Mi tía me brindó su hospedaje con mucho cariño. Cuando tenga la ocasión de volver no dudaré en buscarte tía querida.
Sábado, 15 de agosto de 2009
Saliamos a Lima al día siguiente a la 1 pm es por ello que decidimos ir a la casa de nuestros familiares a despedirnos. Cada uno de ellos nos obsequiaron muchas cosas. Gracias por tanta hospitalidad. Al volver a la casa de la señora Zenaida alistamos nuestro equipaje. Después de la hora de almorzar el señor Nicanor me tuvo una sorpresa muy grata. Él se enteró que su esposa me había contado muchas historias del lugar para mi trabajo de campo en la universidad. Aquellas historias las publicaré en una próxima edición de mi blog.
El señor Nicanor se consiguió un taxi para llevarnos a un lugar mágico, los cerros Santa Catalina y San Pedro. Fue un bonito espectáculo presenciar aquellos dos cerros de la cual se vierte una de las historias más mágicas que hay en Andahuaylas. Fue así que nos quedamos prendados del lugar.
Por la noche mi madre decidió ir a misa. Yo me fui a una cabina de internet para distraerme un momento. Luego, al salir, me encontré con algunos familiares. Disfrutamos el momento conversando y apreciando Talavera de la Reyna de noche.
Domingo, 16 de agosto de 2009
Teniamos que partir rumbo a Lima aquel día. Nos despedimos del señor Nicanor, de la señora Zenaida y de Clony. Fue una bonita esperiencia haber visitado esta tierra tan encantadora. Me quedé con la espina al no poder logrado visitar Sondor, además otros lugares por algunos inconvenientes pero a los lugares a los que fuimos la pasamos bien.
Quiero agradecer al señor Nicanor, la señora Zenaida y Clony por habernos brindado hospedaje en su casa. A mis familiares también por todo el cariño brindado, en especial a mi tía Maxi, a todos los pobladores por el recibimiento hacia nosotros, a Jaime Carhuaz por habernos llevado al mágico Illahuasi. Sobre todo quiero agradecer a mi profesora, Milagros Carazas Salcedo. Sin ella no hubiese llegado a este lugar. Haber realizado el trabajo de campo que nos mandó fue gratificante y motivador. Conocer nuestra cultura y tradiciones fue importante para nosotros. Gracias profesora, gracias por todo Andahuaylas-Talavera de la Reyna. Espero volver pronto, de echo así será...
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